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Semana Política: El agotamiento, también crece

La cifra de contagiados diarios es cercana a los 3 mil. Y crece día a día.

“El agotamiento existe. Pero intentaremos que la gente entienda que no es una decisión caprichosa. Tenemos más del 50% de las camas ocupadas y, si no ponemos un freno en serio, en dos o tres semanas podemos llegar al 100%”, dijo un funcionario.

 “O frenamos ahora o nos vamos a parecer a nuestros vecinos”, agregó.

Con encuestas en la mano, los gobiernos de la Nación, de la Ciudad y de la Provincia sostienen que el respaldo social a la cuarentena sigue siendo mayoritario, pese a que hoy las opiniones están más divididas que en marzo. El acatamiento de la ciudadanía, afirman, sigue en niveles altos.

El avance de la pandemia y el crecimiento de muertes en otros países de la región operan también como un factor que refuerza los argumentos de Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof.

“La marcha atrás es algo a lo que en algún momento apelaron todos los países del mundo”, dicen en la Casa Rosada, y ponen como ejemplo el giro registrado en Uruguay, que decidió retrotraer en parte el inicio de clases por el surgimiento de un brote de contagios.

Conscientes de que los mensajes que apelen a la responsabilidad individual tal vez no sean suficientes para garantizar el cumplimiento de las nuevas medidas, en las tres administraciones instrumentaron medidas adicionales de seguridad. “Va a ser algo similar a marzo, con fuerzas federales, de la Provincia y de la Ciudad haciendo controles en la calle”, explicaron.

Las fuerzas de seguridad deberán recibieron instrucciones claras para que los nuevos controles resulten efectivos.

El agotamiento social afecta también a los agentes de las fuerzas de seguridad, reconocen en el gobierno nacional, pero destacan que los meses transcurridos de cuarentena les dio experiencia para organizar los operativos que se requieran a partir del lunes.

Las prepagas y obras sociales temen que un desborde de contagios en la Provincia colapse las plazas en la Ciudad. Además hay tensión con el sistema de salud privado ante la posibilidad de que el estado decida internar pacientes sin cobertura en clínicas y sanatorios.

Si la tendencia de contagios en el AMBA  se mantiene existe la posibilidad de que desde la Provincia, los pacientes viajen a la Ciudad para internarse.

Se supone que salvo excepciones en el distrito capitalino hay mejor tecnología y hotelería tanto en el ámbito público como privado. Por eso clínicas y sanatorios porteños comenzaron a recibir cada vez más pacientes de Provincia.

En el sector público el 30% de la ocupación corresponde a personas que llegaron desde el conurbano. En los privados el número sería similar y las prepagas temen no dar abasto en caso de un recrudecimiento de la situación.

En la Ciudad se estima que el 82% de los vecinos está asociado a alguna prepaga u obra social. El gran problema con las camas de terapia es que los ciclos de internación pueden llevar de 20 a 24 días. Eso implica al menos dos ciclos de contagios antes de poder liberarlas.

La semana pasada hubo una reunión entre funcionarios porteños y directivos de prepagas y obras sociales que no terminó de la mejor manera. Desde el gobierno plantearon la posibilidad de utilizar plazas privadas en caso de que colapsen las 4530 camas de hospitales porteños. Pero los privados resisten que les deriven pacientes sin cobertura.

“Se llenaron de plata en los últimos años. Ninguna va a quebrar por tener que atender pacientes sin cobertura. Imagínate que cada vez que hay un siniestro vial, el traslado y la atención primaria corren por cuenta de la Ciudad. Tal vez hay que empezar a facturarlo”, amenazó un funcionario porteño.

Los privados temen una ola de juicios en caso de que no tengan lugar para atender a sus afiliados, que en algunos casos pagan más de 20 mil pesos por mes por carnet. “Si en algún momento llega a pasar que no tienen camas se van a comer un juicio enorme, la gente quiere que le salven la vida, pero con buena hotelería”, ironizó un dirigente de Rodríguez Larreta.

En otro orden de cosas, el FMI publicó su  informe trimestral de perspectivas económicas y prácticamente duplicó la magnitud de la recesión prevista para Argentina.

Mientras que en abril había pronosticado una caída del PBI local del 5,7%, ahora estima una baja del 9,9%, lo que posiciona a nuestra economía como una de las más golpeadas de todo el mundo por la crisis del coronavirus.

Por su parte, el presidente Alberto Fernández anunció que se volverá a una fase estricta del aislamiento social preventivo y obligatorio, entre el 1 y el 17 de julio, para enfrentar la pandemia de coronavirus.
Entre los anuncios formulados por el jefe de Estado se destacan:
-El 97 por ciento de los casos que se detectan ocurren en el Área Metropolitana de Buenos Aires, y en los últimos 20 días los casos aumentaron un 147 por ciento.
-Las nuevas restricciones al aislamiento social preventivo y obligatorio implicarán la limitación en el uso del servicio de transporte público, que estará destinado exclusivamente a los trabajadores de los servicios esenciales, que son 24.
-En ciertas zonas del Gran Buenos Aires, se permitirá el funcionamiento de algunas industrias como parques industriales, aquellas que exigen procesos continuos de producción, y las que producen con fines de exportación.
-Respecto del empleo público, se propiciará que tanto en Nación, como en Ciudad y Provincia se limite la circulación de trabajadores para incentivar el trabajo remoto en todos los casos en que pueda realizarse.
Los anuncios se dieron luego de las consultas y comunicaciones que el mandatario sostuvo con el comité de expertos médicos y científicos que lo asesora permanentemente, y del contacto con gobernadores e intendentes acerca de la situación local frente a la pandemia de coronavirus en cada caso, según se informó desde Presidencia.

Todo ha sido consensuado para enfrentar a la pandemia que, seguramente con la llegada del invierno atacará con más fuerza. La resistencia está organizada.

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