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7 días de política: así, el virus no se va

El coronavirus no afloja en la Argentina. Si bien en algún momento muchos hablaban de que había sido controlado, los actuales números muestran una realidad distinta.

Los casos superan los 14 mil diarios y no bajan de ese escalón. El gobierno decidió restringir los viajes al exterior y la circulación nocturna, mientras gran parte del país intenta disfrutar de sus vacaciones veraniegas y los centros turísticos están colmados. Las aglomeraciones son inevitables.

La gran pregunta es qué sucederá en el país a mediados de febrero o comienzos de marzo. La respuesta parece obvia: ocurrirá lo mismo que ha pasado en países europeos como Italia y España luego de las vacaciones de sus habitantes. La segunda ola llegará y, con más fuerza.

Claro que aquí, la primera, nunca se ha ido.

Todos los días, médicos, políticos y medios de comunicación hablan de la esperanzadora vacuna que “curará todos los males”. Sin embargo el ansiado medicamento no termina de “aparecer” en grandes cantidades y, cuando lo hace es a cuenta gotas y nadie tiene la absoluta certeza que vaya a funcionar.

La buena noticia, aunque pobre, es que la Argentina es el país de América Latina con más personas vacunadas. Ya se inocularon 107.542 personas con la vacuna rusa Sputnik V, de la cual se entregaron en todo el territorio las 300.000 dosis que llegaron al país el 24 de diciembre pasado.

La secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, aseguró que el proceso de vacunación se está llevando a cabo en los 24 distritos del país, pero que “va a ser lento” así que recomendó “prestar atención y redoblar los esfuerzos” en los cuidados individuales para “disminuir la transmisión” de la enfermedad.

Incertidumbre es la palabra que domina a los argentinos. Nadie tiene garantizada la inmunidad al coronavirus, salvo que no salga de su casa. Pero el encierro lleva demasiados meses, empiezan a asomar otros problemas físicos en las personas y una gran cantidad de consecuencias psicológicas.

“Quedarse en casa” sólo está resolviendo uno de los problemas, el del Covid, pero avanzan otras enfermedades, otros síntomas psíquicos y la posibilidad de “mantenerse dentro”, está totalmente resquebrajada.

Por el momento y hasta que la vacuna llegue a grandes sectores de la población y se produzca la ansiada “inmunidad de rebaño”, los argentinos, al igual que el resto de la población del mundo sólo tienen que cumplir cotidianamente con 3 requisitos básicos: usar barbijo, lavarse las manos y mantener la distancia social. No parece tan difícil, pero lo es. Cambiar hábitos está claro que no resulta sencillo.

Los Infectólogos dicen que hay “un duro rebrote” por haber relajado los cuidados y aclaran, que aún hay que esperar el impacto de las celebraciones por Navidad y Año Nuevo y “el descontrol de la costa”.

Uno de ellos sugirió que “de seguir así, la segunda ola que esperábamos para fines de marzo o principios de abril se habría adelantado”, y agregó: “Para lograr la inmunidad de rebaño, con la vacuna, hay que tener un 70% de población vacunada y para eso, falta mucho, significan 30 millones de argentinos”

Eduardo López, infectólogo que asesora al presidente aseguró que “es muy alto el aumento de casos para considerar una variable azarosa”, ya que explicó que de tener un promedio de 5 mil casos el 5 de diciembre pasamos ahora a tener unos 14 mil.

Claro que la salud no es el único tema, aunque sí el más importante. La economía no está mostrando signos de vitalidad, los salarios pierden poder adquisitivo, pero mientras la enfermedad perdure son pocos los que se animan a protestar.

Pero el gobierno sabe perfectamente que la pandemia puede servir para esconder algunas cuestiones bajo la alfombra, pero que ellas, finalmente saldrán a la luz.

Ocurre que la inflación no se ha detenido, cuando los economistas gubernamentales ya consideraban que a esta altura estaría mínimamente controlada. No ocurrió.

El aumento del índice de precios al consumidor genera casi automáticamente un incremento en los productos de la canasta básica que es difícil sostener con los salarios congelados. Poco a poco, el gobierno va devaluando.

Desde el exterior una dura columna del Wall Street Journal, periódico financiero estadounidense señaló que “la Argentina está inmersa en una crisis de credibilidad”.

“Las esperanzas del presidente electo de los Estados Unidos, Joseph Biden, de cambiar la relación de su país con América Latina luego de que durante la administración de Donald Trump pocos esfuerzos fueran dedicados a promover los lazos con la región tienen en la Argentina un ejemplo de que los esfuerzos caerán en saco roto”.

Así argumentó una columnista estable del diario que se detuvo sobre el caso argentino para arrojar dudas respecto a la posibilidad de que los países del continente se acerquen a una agenda de libre comercio y desarrollo económico.

 “Los argentinos estaban frustrados por el fracaso del presidente de centro-derecha Mauricio Macri para cumplir con las promesas de una reforma orientada al crecimiento de 2015-19. Así que devolvieron al poder a los peronistas en diciembre de 2019. Unos seis meses más tarde, Argentina incumplió por novena vez en su historia, la tercera en 18 años”, relató el periodista.

Sin embargo, y regresando a nuestro país, el actual gobierno argentino logró, en los últimos días del año, que el Congreso convierta en Ley distintos proyectos del Ejecutivo que son importantes para la sociedad: Impuesto a la riqueza, cambio en la fórmula de movilidad previsional y aborto legal, libre y gratuito.

Para un gobierno que acaba de cumplir sólo un año y, en medio de una pandemia, son cambios importantes para una sociedad que desde hace mucho tiempo viene peleando por ellos.

Fuente: Télam

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