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7 días de política: el año electoral no se detiene

El mes de febrero se va desvaneciendo. Marzo se asoma y junto a su llegada, se pone en marcha formalmente el año electoral. Sin embargo en estos días hubo algunos preparativos.

El coronavirus no se fue, de hecho Argentina llegó a los dos millones de casos desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, la política comienza a opacar el tema sanitario.

El presidente Alberto Fernández aseguró que “no puede haber diferencias ideológicas” en cuestiones de salud pública, ya que “se trata de mejorar la vida de los argentinos” y no se puede “postergar a nadie porque piense distinto”.

“Debemos trabajar juntos aun en años electorales porque la gente, la salud, el hambre, la inseguridad y la falta de vivienda no esperan”, dijo.

 Además, el jefe de Estado aseguró que “nunca olvida” que su “primera tarea es poner en primer lugar a los últimos y sacar del pozo de la pobreza a los que quedaron sumergidos”.

“Acá nadie sobra, pero hay muchos que creen que sobran 20 millones de argentinos y que están marcados por un designio que los condena a la marginalidad; nosotros no creemos en eso”, subrayó el presidente, quien también está en campaña.

El gobierno recibió a sindicalistas y empresarios con la mirada puesta en luchar contra la inflación.

Según voceros gubernamentales se trató de un llamado a un “diálogo franco para reconstruir la Argentina”, y combatir la inflación para que no se pierda “todo el esfuerzo” realizado por “las empresas y los trabajadores”.

El Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero tuvo a su cargo la apertura de la reunión, y señaló que “no existe una sociedad que se realice sólo desde el Estado, pero tampoco una que se realice sólo desde el mercado”.

Un empresario de la industria de alimentos fue el único que dialogó con la prensa: dijo que el diálogo con el Gobierno “es muy importante” para buscar una “estabilidad macroeconómica” que detenga la “espiral” inflacionaria, y afirmó que nada de eso se consiguió durante el Gobierno de Mauricio Macri.

Por otra parte, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, reafirmó el inicio de clases presenciales para el ciclo lectivo 2021, en el marco de un “regreso seguro con protocolos”.

Respecto de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, el ministro de Economía, Martín Guzmán dijo que “con los 45.000 millones de dólares de deuda que recibió el gobierno de Macri, se podría haber reconstruido toda la infraestructura del país”.

“No quedó nada y ahora hay que resolver este problema. El gobierno anterior hizo un acuerdo de espaldas a la sociedad no involucrando al Congreso”, señaló el funcionario.

Por su parte y hasta que nadie disponga lo contrario, las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) se realizarán en agosto.

El ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, aseguró que “todas las licitaciones y la organización del proceso electoral” determinado por el Congreso de la Nación “está funcionando”.

En otro orden de cosas, el gobierno nacional ratificó que uno de los ejes del Presupuesto 2021 apunta a lograr que los “salarios le ganen a la inflación” e insistió en que no habrá limitaciones para las negociaciones paritarias.

Alberto Fernández y la Mesa de Enlace (que representa al campo), acordaron que no habrá una suba de retenciones ni cupos para exportar. Tampoco se intervendrá en los mercados del trigo, maíz ni de la carne. Los dirigentes rurales, conformes.

El Presidente quiso de esta manera dar un gesto a la Mesa de Enlace y sentó en las negociaciones a dos funcionarios que conocen de cerca el sector y que, en su momento, se enfrentaron a Cristina por su pelea irreconciliable con el campo por las retenciones móviles.

En la oposición, Horacio Rodríguez Larreta estuvo en Salta y tiene en sus planes ir a Corrientes antes de fin de mes.

En el entorno del Jefe de Gobierno porteño, ya lanzado sin disimulo a la carrera por el 2023, dicen que la de Salta del último fin de semana fue su primera gira presidencial. Cuentan incluso que Larreta hizo una parada antes de volar de vuelta a la Ciudad en uno de los cafés y recibió buenas críticas de algunos de los peatones ocasionales.

Rodríguez Larreta aprovechó el fin de semana salteño para poner a prueba sus aspiraciones.

El jefe porteño espera cerrar una visita al gobernador radical Gustavo Valdés, de Corrientes, antes de fin de mes. A fines de enero había estado de gira por Mar del Plata.

En paralelo, el mismo fin de semana en que el jefe de Gobierno durmió en Salta, Patricia Bullrich, líder del PRO (partido de Macri), viajó a Córdoba, una de las provincias en la que mejor la tratan las encuestas junto a la ciudad de Buenos Aires.

El vínculo entre Bullrich y Rodríguez Larreta está tirante desde diciembre. Antes de brindar por el fin de año mantuvieron una reunión donde afloraron diferencias por la estrategia electoral de este año. Bullrich podría encabezar la lista porteña. El jefe de la Ciudad desconfía: “Si gana por más de 50 puntos, ¿quién la para?”, razonan a su lado.

La ex ministra disfruta el momento. Los suyos juran que, en la calle, es un fenómeno que crece. Sin la estructura financiera y el aparato comunicacional de Rodríguez Larreta, Bullrich está de todos modos convencida de que también puede anotarse en la carrera al 2023.

En la tensión entre Bullrich y el jefe de Gobierno se esconde detrás la figura de Mauricio Macri, que hace equilibrio entre ambas posturas. Un sector del entorno del jefe porteño empieza a impacientarse por el liderazgo que todavía ostenta el ex presidente y que, según ellos, condiciona al espacio. “No me voy a pelear con Mauricio hasta que me ponga la banda presidencial”, fue el mensaje que bajó Rodríguez Larreta.

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