7 días de política: Debate del aborto con un posible voto de Cristina “no negativo”
Los casos de coronavirus tienden al descenso. Se atraviesa un momento de relativa estabilidad en esta primavera, pero no hay que bajar la guardia, ni confiarse porque el virus sigue circulando en el país y, mientras el verano se acerca la población tiende a distenderse.
Desde que comenzó la pandemia en la Argentina, allá por mediados de marzo, 36.532 son los fallecidos registrados a nivel nacional y 1.349.434 los contagiados.
Pero claro, ahora hay un horizonte y es de total optimismo: el presidente Alberto Fernández ratificó que “sobre fines de diciembre” el país va a “contar con la vacuna rusa. “Nuestra idea es vacunar a diez millones de personas entre enero y febrero y eso nos dejaría llegar a marzo en una situación mucho más tranquila”, dijo.
En otro orden de cosas, la discusión, instalada hace meses, llegó al recinto de la Cámara de Diputados: el impuesto a la riqueza recibió media sanción, con 133 votos a favor, 115 en contra y 2 abstenciones. Ahora, deberá pasar por el Senado.
Su impulsor, Máximo Kirchner al hablar en recinto dijo que “el impuesto no solo es por la pandemia, sino por el país que recibimos”.
El grueso de la oposición liderada por Juntos por el Cambios se opuso a la norma, al considerarla confiscatoria y perjudicial para las inversiones empresarias. Cabe recordar que la norma afecta al 0,02% de la población.
El diputado Nacional, Luis Juez del macrismo se ofuscó: “Máximo Kirchner habla de fortunas y no puede justificar cómo un pibe que no terminó el secundario tiene $292 millones”.
El sector privado mostró su descontento. Por un lado, los empresarios desconfían de que el impuesto a las grandes fortunas sea aplicado “por única vez” y, por el otro, advierten que puede derivar en menor inversión.
Seguramente, todas estas cuestiones terminarán en la Justicia quien deberá definir si la ley es confiscatoria.
Tal vez lo importante de la evaluación acerca de las idas y venidas de esta norma no sea la recaudación estimada sino que tenga más que ver con lo ideológico. Mucho más cuando es un Kirchner quien la motorizó.
La misión del FMI concluyó su trabajo en Argentina y regresó a Washington. Esta semana, los integrantes del organismo mantuvieron encuentros virtuales con funcionarios del ministerio de Economía y del Banco Central, entre otros. Estuvo negociando un nuevo programa financiero del cual, hasta el momento, poco se conoce.
El jefe de Estado abandonó el aislamiento preventivo y realizó un viaje exprés, al Uruguay donde se reunió con su par Luis Lacalle Pou. “Fue una muy buena reunión. Pudimos hablar distendidos sobre los problemas de la región en general y de Argentina y Uruguay en particular”, expresó el mandatario.
Tal vez la noticia con mayor volumen de la semana tiene que ver con el proyecto de ley de aborto que envió el presidente de la nación a la Cámara de Diputados que se prepara para debatir la norma por novena vez en la Argentina.
A partir de esa confirmación, las diputadas que se identifican como verdes -el color que utiliza la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito- y como celestes, las ligadas a las organizaciones autodenominadas “pro vida”, ya hicieron las primeras proyecciones sobre cómo sería la votación.
La iniciativa de interrupción voluntaria del embarazo divide las aguas en el Congreso sin importar la pertenencia política de cada legislador, aunque está claro que el oficialista, Frente de Todos tiene mayor cantidad de diputados verdes y Juntos por el Cambio, de celestes.
Ante el panorama de paridad, los diputados tanto de un partido como del otro, identificados como ‘verdes’ ya se preparan para el debate y confirmaron que hasta el momento hay 129 legisladores a favor de la legalización -como ocurrió en 2018- y 116, en contra.
Once legisladores aún permanecen indecisos, en su mayoría pertenecientes al oficialismo
El primer proyecto de ley para la despenalización y la legalización ingresó al Parlamento en 2007 y se reiteró en 2010, 2012, 2014, 2016, 2018 y 2019, cada vez con un número mayor de diputados y diputadas firmantes. Todos perdieron estado parlamentario o naufragaron.
El Senado se mantiene como el obstáculo más difícil de superar. Los votos en la Cámara alta están muy ajustados en base a cómo votaron los legisladores en 2018, los cambios manifestados desde entonces y qué expresaron públicamente los que asumieron el año pasado.
El presidente es optimista: “Estamos en condiciones de que el aborto se convierta en ley”. Fernández aprovechó para criticar a su antecesor Mauricio Macri: “Esta vez no habrá un presidente llamando a un gobernador para que sus senadores voten en contra”.
La diferencia con otros tiempos es que más allá de la enorme lucha del movimiento feminista por esto, yo la verdad me siento el primer abanderado de este reclamo”, sostuvo. “No es un presidente que cumplió mandando una ley para que no digan que no cumplió. Es un Presidente que activamente se ocupa para que salga, y yo haré todos los esfuerzos para que este proyecto se convierta en ley”, prometió.
“Yo el primero de marzo anuncié que íbamos a mandar el proyecto; lo teníamos avanzado pero el 19 de marzo vino el coronavirus y el aislamiento y yo lo que no quería era sumar más estrés al sistema sanitario”, explicó. Finalmente, el mandatario habló de las críticas de la Iglesia. “Yo soy católico, pero tengo que resolver un problema de la salud pública”, respondió.
El escenario arrojaría los mismos resultados que la última votación, cuando la iniciativa superó la instancia en Diputados, para luego ser rechazada en la Cámara alta. 32 votarían a favor y 36 en contra. 3 están indefinidos y uno se abstiene. Si termina empatado definiría la presidenta de la Cámara, Cristina Kirchner y, en esta oportunidad su voto “no será negativo”.